Rebeca Cordero: “El factor humano y la tecnología forman un binomio que no se puede separar: la tecnología nos ayuda, no nos reemplaza”

El perfil de la profesora de la Facultad de Informática Rebeca Cordero refleja a la perfección lo que significa el Grado en Administración y Dirección de Empresas Tecnológicas (ADET): recursos humanos, marketing y tecnología. Convencida del acierto que supone ofrecer esta formación -que cada vez demandan más los mercados- y de la ventaja de trabajar con grupos pequeños, Cordero defiende la humanización de las nuevas líneas tecnológicas como clave para evolucionar y construir un futuro en el que las últimas tendencias no sean un problema. Natural de Benavente (Zamora) y licenciada en Administración de Empresas, disfruta con “sus niños” de la Facultad y se esmera en que la docencia sea fluida y adaptada a sus demandas. Rebeca Cordero, aficionada a bailar y a las manualidades, hace equilibrios en un momento cambiante y en una titulación multidisciplinar que apuesta por la formación y distinción de grandes profesionales.

Pregunta (P): Podemos decir que los estudios de Informática son de los más cambiantes de las disciplinas universitarias, ¿hacia dónde se dirigen las nuevas directrices de las titulaciones que dependen de su Facultad?

Respuesta (R):  Salvando que estamos en un contexto mucho más cambiante que lo que nosotros podemos certificar a nivel estatal, lo que intentamos es que los chicos tengan herramientas que vayan a utilizar en su día a día.

 

Desde la Facultad procuramos incorporar siempre las últimas novedades. Por ejemplo, si ChatGPT está siendo una herramienta que se está incorporando, ¿por qué no incorporarla a las clases?; si las empresas nos dicen que están necesitando alumnos especializados en un determinado software, en la medida de los posible, también lo intentamos. Obviamente, con las restricciones de una asignatura, con unos plazos, unas entregas y con una evaluación. Trabajamos en la línea de darles las últimas herramientas para que vayan al mercado laboral muy preparados. 

 

P: Estamos ante una generación tecnológica nativa, ¿se nota esa peculiaridad en el nivel de las clases?

R: No hay que olvidar que estos chicos nacen con un smartphone debajo del brazo y esto hace que entiendan el mundo de manera diferente. Al final, es verdad que este aspecto nos obliga a captar su atención, desde un punto de vista tecnológico, en cuestiones que antes, quizá, se harían más en papel y boli. Ahora ellos reclaman hacerlo de manera más dinámica y sencilla, que se les facilites las cosas de manera online y las tutorías mediadas por una cámara. Es su manera de comunicarse y tenemos que adaptarnos y hacerlo con las tecnologías que tenemos.

 

P: Usted está especializada en materias de empresa y recursos humanos e imparte clases en el Grado en Administración y Dirección de Empresas Tecnológicas. Con estos nuevos estudios, ¿se está trabajando para humanizar la tecnología?

R: No podemos dejar de lado la tecnología. La tecnología nos ayuda, pero es cierto que, en lo que tiene que ver con las materias que imparto, el componente humano y la tecnología son un binomio que, bajo mi punto de vista, no se puede separar, hay que trabajarlo. Es importante hacer ver a los chicos que, obviamente, la tecnología nos ayuda y tenemos que mejorar los procesos para que estén al servicio de las necesidades de un cliente, de un trabajador o de un directivo, pero el componente humano siempre tiene que estar ahí. Se habla mucho de que la tecnología va a sustituir al hombre, pero no lo veo así porque la tecnología nos ayuda. Es como si obviásemos el acceder a Internet porque ¡Oh Dios mío, Internet va a buscar más rápido que yo en la Biblioteca! Esa humanización tiene que venir porque la tecnología nos ayuda, no nos reemplaza.  

 

P: ¿Qué recomendación le daría a un estudiante de Bachillerato que está dudando en cursar o no estudios de Informática en la UPSA?

R: No solo hay que tener en cuenta lo que te gusta, sino en qué quieres trabajar. Cuando los chicos dudan sobre qué hacer después del Bachillerato, yo siempre les diría: ¿Dónde quieres trabajar? ¿qué te gusta hacer? y ¿por qué esta Facultad? Y, aquí, les respondemos que podemos trabajar en muchos aspectos de la empresa, como Marketing, Recursos Humanos o Contabilidad… Tenemos ese componente tecnológico que, en otros grados mucho más puros como Economía o Administración de Empresas, no existe. Es posible que, en otras universidades hayan optado por dobles grados, pero nosotros tenemos ADET y es un solo grado en cuatro años. Lo importante es que las empresas nos dicen que les gusta mucho este perfil porque es plástico: los chicos saben programar, sacar un resultado y también interpretarlo. 

 

El mayor consejo es el siguiente: “Vas a tener en cuatro años lo que quiere el mercado laboral y con muchas salidas, trabajes en un perfil más tecnológico o un perfil más de empresa”. 

 

P: ¿En qué aspectos se diferencia, bajo su punto de vista, la formación en la Universidad Pontificia de Salamanca respecto a otras universidades?

R: Lo esencial de la Universidad Pontificia de Salamanca es el trato personalizado. Cada uno de nosotros conocemos el nombre y el apellido del estudiante, pero no solo eso, también sabemos qué cuestiones le cuesta más o si no ha tenido un buen día. Esto no quiere decir que te paralices, pero sí te acercas a él, te interesas y le prestas tu ayuda. En otras universidades esto no suele ocurrir porque al final un alumno se convierte en un simple número; no significa que seas mejor o peor docente, pero si tienes clases con 200 o 300 estudiantes, no puedes hacerlo y se te escapan muchas cosas. Al final, mis alumnos acaban siendo como “mis niños”: los conozco porque paso muchas horas con ellos -cuatro horas a la semana en cada asignatura-; les veo la cara; puedo intuir si les pasa algo, hay días que están distantes... Esto no me lo encuentro en otra Universidad. 

 

Además, otro punto importante es la inversión que se hace en ofrecer las últimas novedades. Contamos ahora con un laboratorio que tiene cuatro impresoras 3D al servicio de nuestros alumnos, material de impresión para sus trabajos y sus TFG, una cortadora laser… Esto no lo tiene cualquier Facultad o, al menos, no lo tiene con un acceso abierto a todas las personas que forman parte de la Universidad: alumnos, profesorado y Personal de Administración y Servicios. En definitiva, cualquiera puede acceder a ello y esto es una ventaja absoluta.   

 

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