La teóloga Emilce Cuda reflexiona sobre el magisterio social del papa Francisco en el Instituto Superior de Pastoral
La teóloga Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, abrió el día 21 de noviembre el curso académico del Aula Rovirosa-Malagón, organizado por el Instituto Superior de Pastoral, en colaboración con la Fundación Guillermo Rovirosa-Tomás Malagón. Emilce Cuda reflexionó sobre el trabajo en el magisterio del papa Francisco ante un auditorio compuesto por alumnos, profesores, antiguos alumnos y amigos del Instituto.
La secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina explicó que el papa Francisco es una continuación del camino iniciado con la Rerum novarum y reflexionó sobre el diálogo social, un concepto presente en la Fratelli tutti, que ocurre entre partes organizadas de una sociedad en conflicto. En este contexto, surge el concepto de solidaridad y Cuda afirma que el diálogo social requiere solidaridad, porque “estamos en un momento en que la lucha por derechos está retornando a la lucha primaria por la vida”, lo que debe llevarnos a ver cómo restaurar el valor de lo que significa el diálogo social.
Emilce Cuda subrayó que, dado que el trabajo está en el centro del problema, como denuncia la Fratelli tutti, solo mediante el diálogo social la crisis actual podrá ser combatida, siempre que todos estén en la misma mesa. Señaló que la solución viene del subsuelo del planeta, de la comunidad organizada, lo que llevó a muchas comunidades a organizarse en red y por la vida. También reclamó la necesidad de crear una comunidad de comunidades, transferir conocimiento, elementos de negociación y aprender de otros a cuidar la vida, porque todo conocimiento es válido, lo que muestra la importancia del conocimiento trans e interdisciplinar.
Cuda advirtió contra el acoso y el falso misticismo, y recordó que el papa Francisco llama a organizar la esperanza, pero de una forma diferente de la que muchos pretenden, definiéndola como “un ancla que lanzamos lejos y de la que tiramos para llegar a ese lugar”.
Por último, insistió una vez más en que la lucha por los derechos sociales en el siglo XX es hoy una lucha por la vida, y en la necesidad de ver el camino a seguir hoy, en un mundo que cambió, lo que debe llevar al descubrimiento creativo de nuevos caminos y no permanecer en los odres viejos.