El investigador Francisco David Rodríguez analiza la función del cerebro antes las adicciones en el ámbito familiar

El profesor del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Salamanca, Francisco David Rodríguez García, ha ofrecido recientemente la conferencia titulada 'Un viaje a nuestro cerebro como medida de prevención de adicciones en el ámbito familiar'. La sesión ha estado organizada por el Centro de Orientación Familiar (COF) y el Instituto Superior de Ciencias de la Familia de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) y tuvo lugar en el HUB de Innovación, donde se reunieron numerosos asistentes de diferentes disciplinas.

Rodríguez García señaló que el cerebro humano “como un órgano complejo formado por regiones especializadas que se interconectan, coordinan y expresan como un todo. La investigación desarrollada desde diversos ámbitos de la ciencia ha desvelado claves estructurales y funcionales que explican mecanismos cerebrales fisiológicos y patológicos.  En este sentido, las conductas adictivas en el ser humano establecen sus raíces en factores genéticos, sociales e individuales que asientan en la adaptación patológica de circuitos neuronales que controlan los mecanismos de recompensa”.

 

En este sentido, el investigador ha añadido que “las conductas adictivas, con y sin sustancia, alimentan un círculo vicioso que es difícil de romper y requiere intervención externa en la mayor parte de los casos. No podemos en la actualidad hacer una predicción fidedigna del riesgo de que un individuo pueda desarrollar una conducta adictiva. Por ello, el diseño de iniciativas de prevención constituye en este momento una estrategia muy relevante. El análisis de la realidad, tanto en el marco individual como colectivo (familiar y social) es un requisito indispensable para reforzar la prevención”.

 

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Por último, el ponente ha concluido que “el esfuerzo de todos los campos de la ciencia y las humanidades tiene un papel esencial en el reconocimiento y estudio de la acción cerebral y la consecución de actividades y actitudes que contribuyan a un cerebro sano y adecuadamente conectado con el cerebro de los congéneres. Especialmente, es conveniente dedicar una mayor atención, desde los ámbitos familiar, social, sanitario y educativo, a la adolescencia por cuanto constituye una fase del desarrollo del cerebro crucial y su vulnerabilidad es considerable”.

 

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