Antonio Sánchez Cabaco: “Queremos que la Biblioteca sea un espacio vivo, de diálogo y de encuentro”
Sus más de 35 años de dedicación en la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) no le impiden asumir el cargo de Bibliotecario General con la ilusión y el respeto que supone impulsar un centro de conocimiento neurálgico para la comunidad universitaria. Antonio Sánchez Cabaco asume este reto de forma especial y se siente respaldado por los profesionales que le rodean en las dos bibliotecas de la UPSA. Aficionado a la lectura, a jugar al pádel y a pasar tiempo con la familia, afirma que le gusta afrontar los retos con pasión y con el realismo de valorar las posibilidades de seguir creciendo. Sin duda, los próximos años para Sánchez Cabaco llevarán el sello del diálogo, la comunicación para la búsqueda de soluciones y el desafío de adquirir nuevos recursos para mejorar este Servicio transversal.
Pregunta (P): Acaban de nombrarle Bibliotecario General de la Universidad Pontificia de Salamanca, ¿qué siente al asumir este cargo?
Respuesta (R): Primero, con una profunda gratitud al Sr. Rector por su confianza y, a la par, una inmensa responsabilidad por las implicaciones que se derivan del mismo. Ya he tenido responsabilidades de gestión a lo largo de estas tres décadas en la Universidad, pero este supone un reto especial.
(P): ¿Cuáles son los proyectos que se plantea para el futuro?
(R): Hay tres grandes ejes sobre los que pivotará la responsabilidad encomendada. El primero es de carácter organizativo con una estructura funcional en cuatro grandes áreas relacionadas con la investigación, el proceso de enseñanza-aprendizaje, la digitalización del archivo y la optimización de infraestructuras. De cada una de ellas habrá un equipo con responsables y profesionales asignados para que la comunidad universitaria tenga máxima accesibilidad a cuántas gestiones se puedan facilitar desde la Biblioteca, y se identifique a los encargados de las mismas.
El segundo, supone profundizar en el reto del servicio, personalizado y directo, para mejorar la experiencia de usuario con diferentes iniciativas -Libro de visita Instantes en la Biblioteca, entre otras- que fidelicen la presencia de alumnos y PDI, evitando la situación de ‘fijos-discontinuos’ solo en periodos de examen.
El tercero tiene que ver con el crecimiento sostenible, que aproveche el potencial de recursos humanos con que cuenta el departamento con un objetivo de transferencia. Acometemos en breve uno de gran importancia para la Conferencia Episcopal Española con la digitalización de los Fondos de Acción Católica (ACE), pero estamos trabajando en la firma de otros acuerdos en temas de asesoramiento especializado en conservación o restauración.
(P): Las Bibliotecas de la Universidad han ido creciendo en los últimos años, ¿qué aspectos destacaría de cada una de ellas?
(R): En primer lugar, el equipo humano, tan comprometido y competente en las múltiples tareas que se desarrollan en ambas bibliotecas, especialmente en la atención a los usuarios.
También es importante destacar el esfuerzo económico que realiza la Universidad con la creciente inversión de fondos destinados a materiales docentes (libros) y de investigación (revistas), que supone un porcentaje elevado del presupuesto ordinario. Además, hay que añadir la permanente actualización en licencias y acuerdos con empresas y grandes editoriales en el marco universitario de la política de la CRUE y de lo específico de nuestra misión como universidad católica.
(P): El proceso de estudio depende, en gran medida, de las prestaciones que tienen estos centros. ¿Qué cuestiones son las más demandadas y valoradas por los alumnos?
(R): La primera demanda se centra en la accesibilidad directa a los recursos recomendados por el profesorado en los distintos niveles y con las características diferenciales (grado, máster y doctorado). Demanda que es acompañada por la experiencia acumulada del personal en cuestiones prácticas, tarea que es muy positivamente valorada por los usuarios.
Además, la Biblioteca gestiona otros recursos no bibliográficos -reservas de portátiles, por ejemplo- y facilita entornos de trabajo para tareas académicas grupales, que son espacios altamente demandados por su utilidad práctica.
(P): Una biblioteca es sinónimo de documentación, tradición, historia, sabiduría y reposo, ¿cómo se compagina esta tradición con las nuevas tecnologías y los ritmos de consumo?
(R): La biblioteca, como la memoria, tiene una doble mirada. La retrospectiva, que es la fuente documental del conocimiento, donde acudir para hacer una inmersión en la fidelidad de los fundamentos (historia y tradición). Pero también cumple una misión, en mirada prospectiva, de ser fuente de inspiración para el desarrollo y la evolución del saber. Y esto puede, y debe hacerse, de manera híbrida, es decir, combinando los recursos tradicionales y los aportes digitales y virtuales de las TIC. Y, como en cualquier tiempo, el peligro no está en la modalidad del recurso, sino en la autenticidad de las fuentes, porque las fake news se pueden difundir por cualquier medio. Esta sí que es una responsabilidad añadida, por el ritmo acelerado de la producción, y, por tanto, la dificultad de la selección y filtrado.
No es ajeno el reto al que tiene el resto de la sociedad, aunque los mecanismos de control (orientaciones del profesorado especialmente) son imprescindibles para este objetivo.
(P): ¿Qué puede ofrecer la Biblioteca al alumnado universitario y al público en general?
(R): Fundamentalmente, queremos que la Biblioteca sea un espacio vivo, de diálogo y de encuentro. Además de todas las funciones y respuestas a los servicios clásicos señalados, en el horizonte más inmediato se busca concretar los encuentros entre áreas de conocimiento y entre generaciones, dado que contamos con la implicación de los alumnos del Programa Interuniversitario de la Experiencia.
Como Servicio, la Biblioteca presta hacia dentro una colaboración transversal a todos los vicerrectorados, apoyando las iniciativas que demandan en sus respectivas responsabilidades (sexenios, bases de datos, etc.). Hacia la sociedad estamos diseñando iniciativas que visualicen la importancia de una biblioteca en el marco de la ciencia abierta. Sirva como ejemplo la exposición que se está preparando -La ciencia según Forges-, en el marco de la Semana de la Ciencia para reflexionar sobre cuestiones de gran actualidad que son relevantes, tanto para la comunidad académica como para el público en general.
Otra iniciativa que verá la luz en 2025, para abrir la biblioteca a la sociedad, será la trilogía Desempolvando las estanterías: Que hablen los libros, que lo hará en boca de autores, editores y lectores. Son solo dos ejemplos de la línea que, bajo el objetivo de redefinir el rol de la Biblioteca de la UPSA en los nuevos escenarios, se quiere acometer en el trienio 2024-27.