Nuria Quintana: “La televisión es una institución básica para la democracia y su papel informativo es innegable”
“Soy muy feliz, lo que necesito en la vida es lo que tengo”. La profesora Nuria Quintana refleja en su cara lo que dicen sus palabras. Lleva 22 años como profesora en la Facultad de Comunicación enseñando los entresijos de la televisión. Un trabajo docente que disfruta, junto con la crianza de sus dos hijos, y de momentos tan sencillos como tener tiempo para leer en una cafetería.
Pregunta (P): ¿Qué valor informativo aporta la TV respecto a las redes sociales?
Respuesta (R): Para que tenga valor cualquier información tiene que ser objetiva, veraz, rigurosa, y si además te invita a la reflexión y es atractiva, mucho mejor. La información en televisión posibilita estas características. No es casualidad que, ante un hecho noticioso, las personas acudan a la televisión para ver la noticia. Durante la pandemia, la televisión fue el medio preferido por los ciudadanos para informarse, a una distancia enorme con respecto al resto de medios de comunicación. Al final, la gente lo que quiere es tener fuentes contrastadas, información objetiva y con una línea editorial definida. Sin embargo, las redes sociales son muy poco fiables, por el auge de las fake news y por los bulos que se publican en ellas.
(P): La producción profesional televisiva compite con vídeos caseros grabados con dispositivos móviles que también emiten las cadenas. ¿Hoy se admite todo sin contar con la calidad audiovisual y la fuente de procedencia?
(R): La falta de calidad en las piezas televisivas, el todo vale, es un peligro en el que estamos inmersos. Es un riesgo no solo para los profesionales de la comunicación, sino que afecta a toda la sociedad. Cuando estamos viendo la televisión, observamos diferentes piezas que tienen mala calidad de imagen, sonido, conexiones con reporteros hechas con el móvil, etc. Esto es muy grave. Si los profesionales del sector no cuidamos la calidad audiovisual, ¿quién la va a cuidar? La razón de esto es económica. A las cadenas de televisión y a las productoras les sale mucho más barato no llevar a un operador de cámara al lugar de la noticia y que sea el periodista el que con su teléfono y un estabilizador haga la pieza. También prefieren recoger imágenes que un ciudadano ha grabado con el móvil en vez de mandar a un equipo ENG al lugar de los hechos. Esta estrategia es mala y muy cortoplacista. Ante dos productos similares el espectador siempre va a preferir la calidad, tanto técnica como de contenido. El espectador no es tonto.
(P): ¿Cómo ve el futuro de la televisión ante una oferta tan variada y personalizada a los gustos del televidente, como sucede en las plataformas virtuales?
(R): A pesar de esta tendencia de personalización de contenidos, al final, necesitamos lugares comunicativos comunes que ofrezcan unos puntos de referencia que valgan para la cohesión de la sociedad. Por ello, las cadenas de televisión tienen que ser las valedoras de estos ámbitos compartidos que generan vínculos con la comunidad, al compartir un consumo televisivo informativo y de entretenimiento. La televisión convencional tiene que aprovechar estos productos que crean discursos globales y apostar por los informativos, las retransmisiones deportivas y culturales, los directos. La televisión es una institución básica para la democracia y su papel informativo es innegable, es fundamental en momentos de crisis, pero también en situaciones más ordinarias.
(P): ¿Cuáles son, bajo su punto de vista, las nuevas salidas profesionales que tienen los titulados en Comunicación Audiovisual y Periodismo?
(R): Estamos en un mundo cambiante e inevitablemente los profesionales tienen que irse actualizando, especialmente en el ámbito de la comunicación. Hay dos nuevos perfiles profesionales: el ‘creador de contenido audiovisual multimedia’ y el ‘gestor de contenido informativo para web o redes sociales’. Es enorme la cantidad de contenido audiovisual e información que nos llega y que buscamos cada día. Inevitablemente, queremos que sea una información rigurosa y que esté contrastada, por lo tanto, necesitamos formar profesionales que busquen, contrasten la información y la expliquen adecuadamente. Ante la demanda que tenemos de productos audiovisuales, necesitamos profesionales que puedan crear, producir y realizar dichos contenidos multimedia. Todo esto, sin desdeñar los principios básicos de la profesión que siguen inamovibles.
(P): ¿Qué consejo le daría a un alumno que se plantea estudiar en los distintos Grados que ofrece la Facultad de Comunicación de la UPSA?
(R): Que tenga iniciativa, entusiasmo y que aproveche todo lo que la Facultad de Comunicación le ofrece. Los alumnos que han pasado por la Facultad han visto que es especial porque tiene un profesorado muy comprometido con la evolución del alumno en toda su trayectoria. Es un profesorado preparado y con experiencia. Tenemos instalaciones equipadas con la última tecnología. Doy clases en el plató de televisión y en el control de realización y me siento afortunada porque son la envidia de muchas cadenas de televisión y productoras. Además, cuenta con una bolsa de prácticas con más de 500 convenios con empresas –en las que el alumno puede acceder a prácticas profesionales desde primer a cuarto curso tantas veces como quiera– lo que le proporciona ciertas destrezas profesionales que durante las clases muchas veces no es del todo posible y son una puerta abierta al mercado laboral.