“La presencia de mujeres y laicos con responsabilidades en la Iglesia es una realidad”

Pocas mujeres se sumergen en los estudios de Derecho Canónico. María Teresa Marcos es una de ellas. Después de estudiar Derecho, se especializó en Canónico. Finalizada la carrera, ha comenzado a trabajar en el Ayuntamiento de San Esteban, labor que compagina con el Doctorado, bajo las directrices del catedrático José San José Prisco. Las dos pasiones de María Teresa son la música y los caballos. Cuando María Teresa toca la flauta travesera, los ángeles bailan. Y cuando necesita desconectar, la Sierra de Francia es su refugio para cabalgar. En el mes de junio recibió una llamada de la Diócesis de Plasencia con una propuesta: convertirse en la nueva canciller-secretaria general del Obispado. María Teresa aceptó y se ha convertido así en una de las primeras mujeres en ocupar este cargo.

María Teresa aceptó y se ha convertido así en una de las primeras mujeres en ocupar este cargo. En el mes de junio recibió una llamada de la Diócesis de Plasencia con una propuesta: convertirse en la nueva canciller-secretaria general del Obispado. María Teresa aceptó y se ha convertido así en una de las primeras mujeres en ocupar este cargo.

 

Pregunta (P): ¿Qué te ha motivado a especializarte en Derecho Canónico?

Respuesta (R): Mi familia es católica practicante, y desde niña me han transmitido valores cristianos. Siempre hemos tenido una estrecha relación con la Iglesia, sobre todo con la parroquia de mi pueblo, Escurial de la Sierra. Cuando estudié Derecho, la rama que más me llamó la atención era Derecho de Familia. Para mí, la familia es un ente importantísimo. Esto, sumado a la importancia que la religión católica tiene en mi vida, me llevó a interesarme en un principio por el Derecho Matrimonial Canónico, y al adentrarme en su estudio, descubrí el Derecho Canónico en toda su amplitud. En él hallé un Derecho que me cautivó y me llevó a querer saber cada vez más de él y sumergirme en su estudio.  

 

P: La mayor parte de los estudiantes de Derecho Canónico son sacerdotes. ¿Recuerdas el primer día de clase, en el que tú eras la única chica?

R: Sí, lo recuerdo como si fuera ayer. Sentí nervios por cursar una carrera eclesiástica en la Universidad Pontificia de Salamanca, con el respeto que ello merece, pero sobre todo tenía mucha ilusión por comenzar mis estudios. Desde el primer momento, tanto mis compañeros como los profesores me acogieron y me ayudaron en todo. Siempre me he sentido muy integrada y parte de la Universidad; continúo colaborando con actividades que realiza la Capellanía y, cuando piso los pasillos y las aulas de la UPSA, me siento ‘en casa’.

 

P: ¿Cómo compaginas el trabajo en el Ayuntamiento, el nuevo encargo en el Obispado de Plasencia y los estudios de Doctorado?

R: Al principio fue un poco complicado, ya que cada una de mis ocupaciones me exige mucha dedicación, pero poco a poco he ido organizándome, estableciendo unos horarios para cada cosa. 

Tras el nombramiento como Secretaria-Canciller General de la Diócesis de Plasencia, gran parte de mi tiempo lo he dedicado a conocer la Diócesis, aprender del trabajo de mis antecesores, continuar su labor y desempeñar de la mejor manera posible las tareas que Monseñor Retana me ha encomendado, cumpliendo con las responsabilidades que este cargo conlleva. Todo esto lo compagino con mi trabajo como Jurídico Administrativo en el Ayuntamiento de San Esteban, y entre medias saco horas para continuar con mis lecturas e investigación de mi tesis doctoral. 

 

P: ¿Sobre qué trata tu tesis doctoral?

R: Una de mis pasiones es la música. Toco la flauta travesera desde niña. Empecé mis estudios musicales en la Escuela Municipal y después los continué en el Conservatorio. Para mí la música siempre ha sido un pilar importantísimo. Y en mi tesis doctoral, animada por mi director, el catedrático José San José Prisco, he querido unir mis dos pasiones: la música y el Derecho Canónico. Estudiando la regulación que el Derecho Canónico hace de la música, tanto en la liturgia, como en los planes de estudios eclesiásticos, y la importancia que este arte ha tenido y tiene en la evangelización y catequización. 

 

P: En los tribunales eclesiásticos ha aumentado la presencia de mujeres en cargos de responsabilidad anteriormente reservados a los varones, clérigos o no. ¿Veremos pronto a una mujer actuar como juez único?

R: La presencia de mujeres en cargos de responsabilidad dentro de la Iglesia es una realidad y va en aumento, así como el incremento de laicos en diferentes puestos dentro de las curias diocesanas.

Respecto a la presencia de mujeres en los tribunales eclesiásticos, señalar que no es una cuestión de que los jueces sean hombres o mujeres, no es una cuestión de sexo, sino de condición eclesial, de ser clérigo o laico. 

El Código de Derecho Canónico, en su can. 1421 permite que los laicos puedan ser nombrados jueces, sin distinguir entre varones o mujeres, por tanto, ambos pueden serlo, siempre y cuando reúnan los requisitos necesarios para ello. Sin embargo, este mismo canon excluye la posibilidad de que un laico (varón o mujer) pueda ser juez único, puesto que en su parágrafo 2º establece que este juez laico se integrará en un tribunal colegial, tribunal que presidirá un clérigo. Y el can. 1425 CIC cuando habla de la posibilidad de que el juez sea único, hace referencia a que este juez sea clérigo.  

En cuanto a la pregunta acerca del nombramiento de mujeres para el cargo de juez, en los tribunales eclesiásticos españoles son muy pocas las mujeres que actúan como tal, aunque algunas diócesis ya cuentan con mujeres entre sus jueces. Y estoy segura de que progresivamente el número de laicos, y concretamente de mujeres, irá aumentando.